Señor
Señor,
- Cuando no merecía ser aceptado por ti, tú me aceptaste.
- Cuando no merecía ser perdonado, tú me perdonaste.
- Cuando no merecía ser amado, tú me amaste
y ahora
por tu gracia soy hecho tu hijo.
Por amor mi única respuesta hoy es:
- Vivir, Caminar y hablar como tu hijo.
- Ayúdame a serte fiel y mantener mi condición acorde con la posición que me has dado.
Amén.
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