En una ocasión un joven
En una ocasión un joven quería atravesar un lago, encontró una pequeña embarcación a remo, pero sólo había uno. Entró en la barca y comenzó a remar, pero la barca giraba siempre sobre sí misma. Se dio cuenta que en el remo había unas palabras medio borradas. Con dificultad se podía leer “los demás”. ¿Qué querría decir esto? ¿Sería que tenía que preocuparse más por los demás? Pero cuanto más intentaba cruzar el lago más vueltas daba sobre sí mismo. Mientras seguía intentándolo, su mirada se fijó en algo que aparecía sobre el agua. Se acercó como pudo y era el otro remo, se le había caído a alguien o alguien se había deshecho de él. Lo cogió y vio que había escrita una sola palabra “Dios”. Dios…los demás. Pensó un poco y cayó en la cuenta de que su pequeña barca: su vida, su “yo”, sólo podría avanzar, pasar a la otra orilla, si se daban estos dos elementos: Dios y los demás. Hermano/a, los remos son muy importantes pero también la barca. Dios, los demás, yo… Yo también tengo que