En una ocasión un joven

En una ocasión un joven quería atravesar un lago, encontró una pequeña embarcación a remo, pero sólo había uno. Entró en la barca y comenzó a remar, pero la barca giraba siempre sobre sí misma.

Se dio cuenta que en el remo había unas palabras medio borradas. Con dificultad se podía leer “los demás”. ¿Qué querría decir esto? ¿Sería que tenía que preocuparse más por los demás? Pero cuanto más intentaba cruzar el lago más vueltas daba sobre sí mismo. 

Mientras seguía intentándolo, su mirada se fijó en algo que aparecía sobre el agua. Se acercó como pudo y era el otro remo, se le había caído a alguien o alguien se había deshecho de él. Lo cogió y vio que había escrita una sola palabra “Dios”. Dios…los demás. Pensó un poco y cayó en la cuenta de que su pequeña barca: su vida, su “yo”, sólo podría avanzar, pasar a la otra orilla, si se daban estos dos elementos: Dios y los demás.

Hermano/a, los remos son muy importantes pero también la barca. Dios, los demás, yo… Yo también tengo que ser objeto de mi amor, con un amor incondicional, aceptándome tal como soy, para así poder amar a los demás tal como son. ¿Cómo anda tu barca? Si la barca de tu vida tiene grietas será fácil que se hunda, necesitamos cuidar nuestra barca, reparar las grietas, achicar el agua para poder avanzar. 

Muchas de las barcas se hunden por no haber reparado a tiempo las pequeñas filtraciones. Lo primero debes hacer es cuidar tu pequeña barca, solo Dios puede tapar las grietas. "Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas" (Salmo 147:3).

Comentarios

  1. Uyyy, tendré que conseguir suficiente material para tapar las grietas de mi barca... hace aguas por muchos lados! Excelente reflexión!

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